Jose F. Monserrat, miembro del Instituto de Telecomunicaciones y Aplicaciones Multimedia (iTEAM) y Vicerrector de Internacionalización y Comunicación de la Universitat Politècnica de València (UPV), ha compartido su visión sobre el funcionamiento de los coches conectados y su futuro en la conducción autónoma.
Según Monserrat, en los últimos dos años se ha analizado la siniestralidad de los coches autónomos en comparación con los mismos modelos sin ese modo de conducción,reportándose una menos siniestralidad de los vehículos autónomos. Las estadísticas indican que, ya que el 90% de los accidentes están asociados a errores humanos, un sistema complementario al humano permite mejorar hasta en un 10% las cifras de siniestralidad. Sin ser vehículos totalmente autónomos, el sistema de asistencia y conducción mejora mucho la reacción del vehículo en la mayor parte de las situaciones.
Es el primer estudio que demuestra que la combinación de elementos de seguridad tanto humanos como tecnológicos ha incrementado la seguridad de los coches. Monserrat subraya que, aunque los coches autónomos son generalmente más seguros que los conducidos por personas, hay ciertas condiciones, como el amanecer y el atardecer, donde la visibilidad disminuye y las cámaras de los vehículos no alcanzan a igualar las capacidades del ojo humano, incrementando ligeramente el riesgo de accidentes en estas situaciones.
Sigue siendo un desafío que, en condiciones meteorológicas adversas como la lluvia o la niebla, los coches autónomos de tipo 4, diseñados para detectar cuando no pueden conducir de manera segura, se detienen completamente como medida de seguridad. Esto contrasta con los coches de tipo 5, que aún no están disponibles comercialmente y que representarían la plena automatización, permitiendo operar en todas las condiciones adversas sin intervención humana.
Actualmente, los coches de automatización de nivel 4 están autorizados en ciertas carreterasde Alemania, pero en ningún caso en España, debido a la falta de autorización en las vías. En estos coches, el conductor puede ceder el control al vehículo en tramos controlados y seguros, mientras que los coches de tipo 3 requieren que el conductor esté siempre al volante. Monserrat indica que los coches asistidos con conducción autónoma son un 10% más seguros en general, aunque en situaciones específicas como cruces o condiciones de baja visibilidad, la efectividad puede disminuir hasta un 5%.
Para alcanzar una plena automatización (nivel 5), es esencial integrar la comunicación móvil en estos vehículos, un área en la que la UPV está trabajando activamente. La comunicación entre coches y con la infraestructura vial, como semáforos y señales, puede resolver muchos problemas actuales de visibilidad e información, permitiendo una reacción adecuada en situaciones críticas.
Monserrat concluye que Europa debe asumir el liderazgo en la conectividad celular para vehículos mediante la financiación de las infraestructuras necesarias. Solo así se podrá avanzar de manera significativa hacia la conducción completamente autónoma, garantizando así una mayor seguridad y eficiencia en las carreteras.